viernes, 29 de julio de 2011

Experiencia







Hace poco tenía los nervios de punta por la gente nueva, las clases nuevas, los profesores nuevos. Hace poco sólo me quejaba de lo molesto que era el final de semestre. Hace poco, unas horas, me puse a pensar que el tiempo ha pasado más rápido de lo que pude haber imaginado cuando empezó el año.
Luego de deliberadamente omitir la existencia de este blog, porque simplemente no tenía ganas de escribir nada, o más bien, no tenía nada coherente qué decir; como que quiero retomar esto. Como que quiero, y no quiero, pero al final sí quiero. Definitivo.
¡A ver! En resumidas cuentas, las cosas se fueron dando así en la U: Todo comenzó con muchas mariposas en el estómago, ataques de ansiedad la primera semana y luego…luego como que se puso bonita la cosa. Y se volvió divertido, disfrutable y memorable, a pesar de las recurrentes metidas de pata –o quizás por ellas– como subirse al bus equivocado, caerse en las instalaciones deportivas, casi caerse en las aceras, casi caerse de nuevo en la deportiva, casi caerse saliendo del bus, casi caerse subiéndose al bus y casi ser atropellado en múltiples ocasiones. Y todas las demás tonteras – que son solo de esa forma clasificables para mí–, como que particularizaron los días.
Hubo buenos proyectos, malos proyectos, y proyectos detestables. Pero aprendí una pizca de muchas cosas, y de cosas que ahora no me sirven –o que pienso que no me sirven– y de cosas que pienso que me servirán –que no me van a servir nunca–.
Entonces ahora siento una intranquilidad posiblemente nada sana de aprender ya, todo. Yo sé que es imposible, pero, ¿desde cuándo eso importa?

Sobre las fotos. Ah…la primera vez que le tomo fotos a extraños –y que se dan cuenta-. Fue la cosa más interesante y emocionante que he hecho. Lo difícil fue la luz y acomodarme en un buen lugar, no estorbarle a la gente, ni molestar a quien fotografiaba. Pero me gustó eso de tomar una foto cuando el sujeto está en su ambiente, totalmente desinhibido, retratado tal cual.

Aprender experimentando, ¡cómo cuesta!